Ante todo soy mamá...
… y mi familia es mi principal escuela. Lo más importante lo aprendí allí, atravesando la experiencia de vida.
Siempre soñé con el día en que me casara, pero nunca pensé que al poco tiempo de hacerlo, a los 33 años, podría quedarme viuda. Por eso, cuando mi marido se murió de forma repentina y me quedé sola, con seis hijos, el más pequeño de 5 meses, fue durísimo. Tal vez lo más difícil que tuve que afrontar en la vida.