Familia y colegio son complementarios, se necesitan mutuamente para dar lo mejor de sí a quienes esperan mucho de nosotros.
Trabajar en sintonía es ofrecer calidad educativa, será importante lo que los chicos escuchen de sus padres respecto al colegio.
Y a la hora de trabajar en sintonía debemos preguntarnos:
¿Será bueno contradecir al colegio o al docente? ¿Servirá de algo que critiquemos abiertamente la labor educativa del colegio, de los docentes si es el colegio que nosotros elegimos? ¿Sabemos retroalimentar nuestros aspectos positivos y corregir en privado nuestras mutuas debilidades?
Una mamá, un papá que hablan bien del colegio elegido, del docente que comparte con los hijos la mayor parte del año, son una mamá y un papá que ratifican su capacidad de elegir, de discernir, de confiar y de inspirar confianza.
Cuanta más sintonía exista entre las creencias y convicciones de los padres y del colegio, mayor seguridad para los hijos.
Exigencia académica y del hogar, métodos de enseñanza, normativas compartidas contribuyen en la vida de niños y niñas y si van por el mismo carril, otorgamos mayor certeza a nuevas generaciones.
Coherencia, es lo que necesita un niño y una niña a lo largo de su crecimiento.