Cada familia vivirá diferente este momento, según sus circunstancias, sus oportunidades de vida, las actividades que realizaron en las vacaciones, el gusto por reencontrarse con el aprendizaje, los vínculos que dependen de la estructura escolar.
Es en este momento de la vida donde se instauran las primeras creencias que van a marcar un mapa a la hora de caminar en la vida. Los padres guiamos el camino de nuestros hijos en la infancia y la adolescencia aunque sabemos que los primeros años de vida constituyen un período privilegiado para el desarrollo de la personalidad, como para educar, sembrar hábitos positivos, motivaciones.
Cada actitud de mamá, papá influirá en el modo en que niños y niñas transitan su vida.
Ahora mismo, llegó el momento de volver al cole, tanto nosotros como los chicos tenemos sensaciones ambivalentes, el verano es una oportunidad estupenda para crecer porque es un momento para compartir tiempo, costumbres, actividades. La vuelta a clases trae consigo el reencuentro con amigos y amigas, un orden de vida, unos horarios fijos, y también los uniformes, delantales y tareas.
El hecho es que los hijos viven sus experiencias tal como la viven sus padres. Por todas estas situaciones, siempre invitaré a mamá y a papá a que aporten su mejor versión, que demuestren interés en la vida de sus hijos, que regulen su ansiedad, que busquen ayuda ante la inseguridad que presenta para algunos niños transitar la vida académica, que sepamos gestar una alianza positiva entre familia y colegio, un diálogo fluido, ya que ambos incidimos de manera fundamental en el desarrollo de quiénes más queremos en la vida.
Confianza y seguridad, es todo lo que necesita un niño, una niña, y otra vez aquí estamos mamá y papá para inspirar esos sentimientos tan nobles.