Cuando comencé a estudiar esta apasionante tarea de educar a los hijos, me dijeron “tus hijos te están mirando, sacaron platea preferencial y están siguiendo todos tus pasos”.
Es cierto que mamá y papá son modelos de vida que permiten la identificación de los hijos y esto es muy importante para la formación de la personalidad.
En ese momento me generó un gran compromiso porque lo primero que pensé fue:
– No estoy lista para eso, tengo mucho que mejorar. Me produjo un compromiso enorme ser la imagen donde mis hijos se reflejen.
Hoy quiero recordarte esa idea, simplemente para que tomemos conciencia de que estamos en vías de mejora permanente, no tenés que estar listo, porque uno jamás lo está, estamos en pleno desarrollo, pero sí tenemos que recordar que tenemos que ser cada día mejores para nosotros mismos y para los demás.
Revisar la actitud, preguntarnos cómo tratamos a los demás, cómo nos respetamos y cómo respetamos a los otros, cómo hacemos pausa antes de contestar impulsivamente, cómo nos vinculamos con los demás.
Te animo a que te ilusiones con tu desarrollo, y te recuerdo que las metas se recuerdan por la mañana y se evalúan por la noche, el camino del crecimiento se gana pulgada tras pulgada.